Tea
thumb|En el friso del Altar de Zeus de Pérgamo (Berlín), se conjetura que la diosa que lucha detrás de Helios es Tea.En la mitología griega, Tea o Tía (en griego Θεία, también ''Teia'', ''Thea'', ''Thia'' o ''Theia''), era considerada como la titánide de donde procede toda la luz, y descrita con menor frecuencia como Etra (Αιθρη, ''Aethra'', que sugiere la forma femenina de «éter», cielo luminoso). Los ''himnos homéricos'' ofrecen además otros dos nombres para la diosa, que también nos hablan de sus atributos divinos: Eurifaesa (Ευρυφαεσσα ''Euryphaessa'', «de amplio brillo») y probablemente también Icnea (Ιχναιη, ''Ichnaea,'' algo así como «rastreadora u observadora»); en esta advocación Tea era una diosa profetisa del templo oracular de Ftía, al igual que sus otras hermanas intervenían en otros oráculos, especialmente Temis.
Tea es una de las titánides, y por lo tanto hija de Urano y Gea. Según la ''Teogonía'' Tea se entregó al amor de su hermano Hiperión, dios "de las alturas", y ella le parió a las lumbreras de los cielos: «al alto Helios, la brillante Selene y Eos que alumbra a todos los seres de la tierra y los inmortales dioses que habitan el vasto cielo». Diodoro la refiere explícitamente como Basilea («reina») y dice que es la mayor de entre sus hermanos. Tea parece aquí una diosa del brillo en particular y de la gloria en general, pero la alusión de Píndaro a ella como «Tea de muchos nombres» es reveladora, pues sugiere la asimilación no solo de diosas madres similares a ella, como Febe y Leto, sino quizás también de diosas madres más universales como Rea y Cibeles. Tras la Titanomaquia se marchó a vivir en el palacio de Helios, ubicado en las corrientes del río Océano, donde espera cada noche a su hijo, que viaja en una enorme copa de oro. A Helio se lo suele describir como un dios que todo lo ve, rasgo atribuido implícitamente a Tea.
Píndaro elogia a Tea en su 5.ª oda ístmica: Los antiguos griegos creían que los ojos emitían un rayo de luz invisible, muy parecido a una lámpara, que permitía ver todo lo que tocaba. Por lo tanto, Tea, como madre de la vista (''thea''), fue también la madre del sol, la luna y el amanecer, que emiten luz propia. Otros, por extensión, la creen una diosa de la vista o que dotaba al oro, la plata y las gemas con su brillo y valor intrínseco. proporcionado por Wikipedia
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1Barcelona : Planeta , 2017Libro Obra infantil
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2Barcelona : Planeta , [2013]Libro Obra infantil
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Publicado en: Euskal-Erria , San Sebastián, T. 79 (2o sem. 1918), p. 573-575
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Publicado en: Euskal-Erria , San Sebastián, T. 79 (2o sem. 1918), p. 426-427
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Publicado en: Euskal-Erria , San Sebastián, T. 79 (2o sem. 1918), p. 375-377
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Publicado en: Euskal-Erria , San Sebastián, T. 79 (2o sem. 1918), p. 326-329
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Publicado en: Euskal-Erria , San Sebastián, T. 79 (2o sem. 1918), p. 283-288
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Publicado en: Euskal-Erria , San Sebastián, T. 79 (2o sem. 1918), p. 209-230
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Publicado en: Euskal-Erria , San Sebastián, T. 79 (2o sem. 1918), p. 133-135
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Publicado en: Euskal-Erria , San Sebastián, T. 79 (2o sem. 1918), p. 88-90
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Publicado en: Euskal-Erria , San Sebastián, T. 79 (2o sem. 1918), p. 43-46
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Publicado en: Euskal-Erria , San Sebastián, T. 78 (1o sem. 1918), p. 575-576
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Publicado en: Euskal-Erria , San Sebastián, T. 78 (1o sem. 1918), p. 524-526
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Publicado en: Euskal-Erria , San Sebastián, T. 78 (1o sem. 1918), p. 476-478
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Publicado en: Euskal-Erria , San Sebastián, T. 78 (1o sem. 1918), p. 380-382
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Publicado en: Euskal-Erria , San Sebastián, T. 78 (1o sem. 1918), p. 333-336
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18
Publicado en: Euskal-Erria , San Sebastián, T. 78 (1o sem. 1918), p. 287-288
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Publicado en: Euskal-Erria , San Sebastián, T. 78 (1o sem. 1918), p. 231-233
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Publicado en: Euskal-Erria , San Sebastián, T. 78 (1o sem. 1918), p. 188-190
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