El Rey Nuestro Señor a impulsos de su fervoroso zelo, y confiado siempre en la protección Divina, y en la asistencia de sus amados Vasallos... y deseando el religioso ánimo de S.Mag. afianzar el exîto feliz de sus Armas en las importantes empresas pendientes, ha resuelto recurrir al Altísimo, para que se digne de derramar sobre ellas sus bendiciones... y que a este fin en todos los Pueblos del Reyno se señale por los Prelados una, o más Iglesias, según su vecindario, y día determinado para una devota Rogativa con el Santísimo Sacramento patente, de forma que noticiosos de ello con alguna anticipación los Fieles de cada vecindario... puedan concurrir con sus ruegos, y christiana disposición al Templo que se destine