En vista de las dudas que han ocurrido sobre la inteligencia, y cumplimiento del Real Decreto de veinte y tres de Marzo último relativo a la salida de los Emigrados franceses, ha tenido a bien S.M. el resolverlas, mediante la Real Orden siguiente, Excelentísimo Señor, El Ayuntamiento de la Ciudad de Palma de Mallorca, el Reverendo Obispo, el Capitán General, y el Intendente de la Isla han representado al Rey sobre los inconvenientes, y dificultades que encuentran para que puedan recibirse, y mantenerse en dicha Isla todos los Emigrados franceses que según el Decreto de S.M. de veinte y tres de Marzo último podían ir a ella. Enterado S.M. de estas representaciones se ha servido resolver, que vayan solamente a Mallorca los Emigrados que pueda cómodamente mantener la Isla, y que los demás se vayan repartiendo en las Islas Canarias