¡Vasco-navarros! Imitando la Revolución española la movilidad de las Repúblicas griegas, cambia de posición cada momento, cual moribundo que se agita en el lecho del dolor sin encontrar una postura que le convenga. Tras el reinado turbulento y funesto de Da. Isabel, una interinidad desastrosa, después, un trono vergonzante y microscópico, y una República sangrienta, que nace y vive al siniestro resplandor de los incendios de Alcoy y de Andalucía, para morir deshonrada ante el látigo de mercenarios sin disciplina y sin espíritu patrio... Los revolucionarios solo se cuidan de conservar a todo trance el poder que usurpan... Vuestras Diputaciones, reunidas hoy en esta villa, y que no alimentan otra, ni más aspiración que la que se encamina a vuestra prosperidad y ventura, os dan la voz de alerta